Con la llegada del otoño y el invierno, mucha gente
experimenta una bajada de ánimo que roza la depresión, conocida como depresión
otoñal o de invierno. Normalmente esta depresión es causada por falta de
determinados nutrientes en el cuerpo y por unos cambios climáticos.
Esta depresión tiene unos síntomas muy característicos,
los cuales nos demuestran que tenemos este mal.
Dichos síntomas son la falta de interés por las cosas,
los ánimos bajos frente a las diferentes circunstancias que nos presentan,
irritabilidad, problemas de concentración, mal humor y se aumentan las ganas de descansar y pasar más tiempo durmiendo o, de
otro modo, dificultades para conciliar el sueño.
Esta enfermedad suele afectar a jóvenes
y adultos.
Así que es mejor esperar el frío con una
buena manta y una sonrisa de oreja a oreja.
Por cierto, estas somos el nuevo grupo
de estas dos semanas.
Inés Herrero y Nuria Ansuategui.
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